MILTON CANIFF Y TERRY AND THE PIRATES. LA MADURACIÓN DEL MEDIO. EL CÓMIC PARA ADULTOS 2
EDUARDO MARTÍNEZ-PINNA

Resumen / Abstract:
Notas: Ensayo redactado para Tebeosfera que, por su larga extensión, ha sido fragmentado en tres partes. Esta página contiene la segunda parte del texto.
MILTON CANIFF Y TERRY AND THE PIRATES. LA MADURACIÓN DEL MEDIO. EL CÓMIC PARA ADULTOS (parte 2)
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LA PROPAGANDA COMO PUNTO DE VISTA. UN PAÍS EN GUERRA

Cuando EE UU declara la guerra a Japón, en diciembre de 1941, la obra de Caniff da un vuelco radical, como si se apostara para el conflicto. De hecho, la serie, inicialmente encuadrada en el género de aventuras, se inscribe en el bélico merced a una transición argumental extraordinaria (narrada cual si fuera una odisea plena de pasión y melodrama) por la cual Caniff saca a buena parte de sus protagonistas de un Hong Kong ocupado por los japoneses, para situarlos en los diversos frentes asiáticos. Bien es cierto que durante la guerra, la mayoría de cómics distribuidos a la prensa ofrecen un punto de inflexión argumental para colaborar con el esfuerzo bélico. Ese colaboracionismo se traduce de una manera activa, al militarizarse sus protagonistas o actuar de espías o saboteadores como sucede en los casos de Jungle Jim o The Phantom, incluso de Tarzan. También puede producirse de una manera pasiva colaborando desde el país como en los casos de Male Call o Little Orphan Annie (Anita la huerfanita), o bien creando metáforas o comparaciones de la gran guerra en otros mundos u otras épocas como se narran en obras como Flash Gordon o Prince Valiant. Otro de los puntos de vista del género bélico en los cómics es el que versa sobre los soldados que prestan servicio militar durante el tiempo de guerra. Los dos ejemplos básicos de esta tendencia son Sad Sack (traducido al español como Sack el tristón), de George Baker, que relata de manera jocosa las torpezas cometidas por un civil reclutado que se publica a modo de chistes en la revista Life y posteriormente en la militar Yank. El estilo caricaturesco con llamativa influencia del ritmo propio de los dibujos animados, rebaja el tono duro de la serie para dotarlo de una suave tonalidad mezcla de ternura y sarcasmo. En segundo lugar figura la serie de chistes de Bill Mauldin de título Willie and Joe publicadas en el periódico castrense 45th Division News y posteriormente en la afamada publicación militar Star and Stripes. Dibujos de evidente fisicidad respetuosos con la tropa (al fin y al cabo civiles reclutados) y discrepantes con el mando.

Para Milton Caniff la propaganda bélica [figs. 23 "Tuberculosis Delays Victory", 24 -a la dcha.-, 25, abajo: "Hour of Victory"] que anexiona sin ambages a la temática de su serie, es una ideología que trasmite de manera eficiente y sutil, como si fuera un punto de vista. Y ese espíritu es el mismo que anima y acompaña los primeros lances de Steve Canyon, su siguiente gran obra. De hecho, es tal el celo con el que Caniff se documenta que llama la atención a los oficiales de propaganda, recibiendo de estos visitas regulares con la consigna de modificar la temática de la obra para así levantar la moral tanto a combatientes como a no combatientes, tarea que Caniff realiza de modo entusiasta. La serie entra en una dinámica diferente, no solo a nivel argumental sino en el dibujo, que se vuelve más realista. Ese naturalismo afecta a la realización de las fisionomías, siendo llamativo el detallismo con el que dibuja a los japoneses con expresión cruel y sardónica, en contraste con los rostros de los oficiales y soldados yanquis que resultan cuanto menos, apacibles y serenos. Ese odio de Caniff hacia los hijos del sol naciente (se les cambia el nombre, de invasores a japoneses, cuando EE UU entra en el conflicto) se manifiesta en una guía de viajes a China, editada por el departamento de guerra, Pocket Guide to China con una página realizada por Caniff en la que el propio Terry y Pat Ryan enseñan las diferencias entre un japonés y un chino como si de una reseña ganadera se tratara. Un caso de desafortunado racismo que el propio departamento suprimió en posteriores ediciones de dicho librito. John Sturges, en la excelente cinta de 1955 Bad Day at Black Rock (Conspiración de silencio), basada en un relato corto de Howard Breslin Bad Day at Hondo, narra un caso opuesto en el que un investigador manco del gobierno interpretado por Spencer Tracy desvela el linchamiento al que ha sido sometido un ciudadano japonés a causa de su apariencia oriental, hecho luctuoso acaecido en la desolada villa de Black Rock. El choque entre los nacionalistas yanquis xenófobos y salvajes (estremecedoras creaciones de Robert Ryan, Lee Marvin, Ernest Borgnine y Walter Brennan) de la América profunda con un hombre de mundo interpretado magistralmente por Tracy resulta estimulante, pese a la moraleja desoladora que desprende. Gracias a esta película, Sturges y Caniff se posicionan en trincheras ideológicamente opuestas, eso sí, probablemente franqueables.

La documentación en las localizaciones se hace evidente, la maquinaria de guerra pasa a ser real, así como los distintivos, empleos, divisas y en general la orgánica propia del ejército, la aviación y la armada estadounidense [figs. 26]. Se describen con propiedad los movimientos tácticos, la formación y vida de una unidad en campaña, la distribución de las dependencias en una base militar y otros asuntos propios de la vida castrense que ayudan a que la documentación que Caniff maneja, resulte tan fiable y minuciosa como la de los grandes estudios de Hollywood que colaboraron con el país produciendo docenas de películas, más o menos afortunadas, y con alto contenido propagandístico. El cambio de derrote argumental no se hace esperar y algunos de los grandes personajes que han poblado los primeros años de la serie quedan difuminados (o desaparecidos), como la rubia Burma que resurge efímeramente como protagonista de la serie derivada Male Call [fig. 27].


Fig. 27

Pat Ryan, vagabundo apátrida y personaje en consonancia con el género de aventuras de los años treinta del pasado siglo, se desdibuja y se recicla en un oficial de inteligencia de la armada, guerrillero y saboteador. Su canto de cisne, su última gran intervención como protagonista, acontece en el complejo arco argumental que se desarrolla entre diciembre de 1941 y mayo de 1942. En él reaparece su antiguo y melodramático amor (Normandie Drake), su pequeña hija Merrily (que parece hija de Ryan) y el marido fascistoide y quintacolumnista, Sandhurst, casado inexplicablemente con la ingenua Normandie y que figura como el padre (¿putativo?) de la pequeña. Este arco argumental, puente entre el género de aventuras y el drama bélico naturalista, finaliza con la reaparición de Dragon Lady trasformada en una guerrillera partisana. La proverbial maestría narrativa de Caniff resume toda esta aventura en la extraordinaria dominical fechada el 17 de mayo de 1942 [fig. 28, a la izq.]. Las siguientes apariciones de Pat Ryan son de bastante menor interés, entre abril y agosto de 1943 y el reencuentro con su antiguo pupilo y amigo, Terry, tiene lugar el 31 de diciembre de 1944 con un mundo ya cambiado por el conflicto bélico, en donde el tiempo de los aventureros ha cedido al de los profesionales.

La vacante de tutor del joven Terry Lee pasa a ser ocupada por el teniente coronel Flip Corkin, presente en la obra a partir de julio de 1942, heroico aviador e instructor del joven aspirante a piloto militar, que va a ser encuadrado en una unidad de pilotos chinos (Chinese National Aviation Corporation o CNAC) que combaten contra el Japón. Flip Corkin es un personaje vital, heroico y optimista que toma los rasgos en la vida real del coronel Phil Cochran [fig. 29, dcha.], nativo de Ohio y amigo personal de Milton Caniff, que además de servirle de modelo para Flip Corkin, prestó posteriormente parte de sus rasgos y personalidad al mismo Steve Canyon. Como Canyon dirige una línea de aviación de trasporte tras su licencia en la USAF y es director de las secuencias aéreas en la película Jet Pilot (Amor a reacción) producida por Howard Hughes y dirigida por Josef Von Sternberg. Se trata de una película con escenas aéreas espectaculares, metáfora del amor físico existente entre un coronel de aviación del ejército del aire yanqui interpretado por John Wayne y una piloto militar rusa encarnada por una exuberante Janet Leigh.

Además de Cochran, existe otro gran personaje basado en una amistad de Caniff, vecino en su vida cotidiana. Se trata de un nativo de Ohio, compañero de universidad llamado Frank Higgs [fig. 30, izq.], antiguo piloto de la USAF licenciado antes de la guerra que presta sus servicios durante la misma en la CNAC y que falleció en Shangai en accidente aéreo el 20 de octubre de 1945 al mando de una aeronave. Presta sus rasgos al oficial Dude Hennick, soltero, mundano, novio “canalla” de la timorata y difunta Raven Sherman, amigo de juergas y francachelas, pero sobre todo amigo de sus amigos, en especial de Pat Ryan.

El momento crucial de la relación paterno filial existente entre Flip Corkin y Terry Lee se resume, con encomiables tintes poéticos, en la dominical fechada el 17 de octubre de 1943 [fig. 31], cuando la vieja águila (Corkin) explica al aguilucho (Terry) el significado de la aviación de combate (una labor conjunta de muchos hombres), en una composición simétrica de planos medios, abundante texto y cielos ominosos al principio y final que resulta magistral. El gran maestro consigue dar densidad narrativa a un monólogo discursivo, a una oriflama patriótica, tan entusiástica que estuvo exhibida en la base de formación de pilotos de guerra de Foster Field, Victoria, Texas [fig. 32].



figs. 31 y 32
 
 

La ingenuidad de Terry and the Pirates, notoria a lo largo de los cinco o seis primeros años de la serie, cede ante la contundente realidad bélica [fig. 33 -debajo, dcha.-], debido a la intrusión de la propaganda del gobierno en la obra, propaganda en la que Caniff cree fervientemente. La narración toma un giro brusco orientándose hacia una historia adulta, en donde Caniff alterna el relato realista de tinte documental apoyado en unos dibujos de líneas límpidas con tonos grises conseguidos a través de tramas mecánicas, con relatos viscerales, apasionados, en donde el pincel ignora las líneas, y las manchas negras progresan hacia la abstracción.

Una de las grandes aportaciones de Caniff a la propaganda gubernamental en la que, se insiste, cree apasionadamente, es el regalo de un cómic destinado exclusivamente a publicaciones y boletines militares. Son tiras de cadencia semanal, de corte picaresco y autoconclusivas, iniciadas el 11 de octubre de 1942 y distribuidas por Camp Newspaper Service, una agencia de prensa castrense que no admite la distribución de la obra a la prensa civil. En un principio las tiras no llevan título alguno pues no es más que una derivación de Terry and the Pirates protagonizada por la rubia Burma en todo su esplendor de belleza y simpatía. Pero dado que Camp Newspaper Service no desea la distribución de obra tan excelente a la prensa civil, Chicago Tribune-N.Y. News Syndicate agencia distribuidora de Terry and the Pirates presiona y consigue que la seductora Burma no figure en otro serial que no sea Terry and the Pirates. La última aparición de la encantadora rubia en los boletines militares está fechada el 10 de enero de 1943. La siguiente tira diaria fechada el 24 de enero de 1943 (el 17 de enero no hubo entrega) lleva como protagonista a una morena llamada Miss Lace [fig.34 -izq.-] que cumple sobradamente el papel de Burma. A partir de esa misma entrega la obra registra un título para la posteridad que será Male Call. La obra, y en especial su curvilínea protagonista, Miss Lace, forma parte del aparato propagandístico militar, hasta el punto de aparecer en tiras didácticas o muy acordes con la doctrina castrense [fig. 35 -dcha.-]. Pero Caniff, que es un narrador portentoso y exigente, sabe que su personaje tiene potencialidad para una narrativa bien vertebrada y exenta de valores propagandísticos. Son muchas las tiras pícaras que muestran a Miss Lace escasamente vestida, otras son de notable comicidad formal con equívocos muy bien planteados y mejor resueltos y finalmente hay entregas en donde la nostalgia de los soldados por sus novias y por su hogar se hace patente ayudándoles a sobrellevar la, a veces rutinaria, a veces peligrosa, vida militar. En definitiva la añoranza por la paz. Tras el final de la guerra la presencia de Miss Lace se traslada a escenarios donde se facilita la inserción de los soldados en la vida civil, con lo que sus posibilidades argumentales van agotándose hasta su cancelación, hecho acontecido en la entrega fechada el 3 de marzo de 1946.

La espléndida conformación anatómica de Miss Lace se inspira en una modelo que posó durante mucho tiempo para Caniff llamada Dorothy Partington [figs. 36 y 37]. Existe documentación fotográfica que muestra a la señorita Partington vestida con el clásico vestido negro de Miss Lace en el estudio de Milton Caniff con algún soldado de permiso retratándose con ellos, demostrándose con ello que el Pentágono premia a sus veteranos. Esta propaganda viene bien tanto a Caniff (le da más lectores al publicarse sus obras en más rotativos), como al propio Estado Mayor, que presenta con tintes divertidos a sus valientes soldados facilitando su reclutamiento y posteriormente su licenciamiento e incorporación al mundo civil. Cuando al final de la II Guerra Mundial las obras de Caniff son leídas por más de 30 millones de personas, y su popularidad está en su cenit, el gran autor es entrevistado en Nueva York en julio de 1945 por la cadena de televisión WNBT con la “supermodelo” Dottie Partington que aparece vestida y peinada como Miss Lace [fig. 38].

 
fig. 36 fig. 37 fig. 38
 

En 1995 los autores franceses Yann Le Pelletier y Philippe Berthet crean la magistral obra Pin Up en la que merced a una pirueta argumental relacionan en una sola persona a la reina de la cartelería erótica de los años cincuenta Bettie Page con la acomodadora de cine y novia de un soldado movilizado llamada Dottie Partington [fig. 39 -izq.-]. Esta muchacha pelirroja de humilde origen trabaja como modelo de un famoso artista de cómics llamado Milton, que siente una lasciva y fetichista atracción por ella. Primero la pinta como mascarón de un bombardero del frente asiático, para después servirla de inspiración como personaje central de una tira semanal para boletines militares llamada Poison Ivy (calco de Miss Lace) con la melena negra y el aspecto de Bettie Page. La serie cuenta con las bendiciones de un coronel del servicio de propaganda del Pentágono, vigilante continuo y celoso del trabajo de Milton, además de ser el amante de su mujer y ser tan patán como malintencionado y trepa. Yann y Berthet sacan punta a la personalidad de Caniff, presentándolo como alguien reaccionario y servil ante el Pentágono con el que le unían excelentes relaciones. Para más información sobre esta obra se remite al lector interesado a la página de la revista Tebeosfera que la publica.

La obra completa de Pin Up está compuesta por nueve volúmenes que se vertebran como tres trilogías. La historia en donde se solapa la vida de Dottie Partington con la biografía apócrifa de Bettie Page y la creación de la serie Male Call de Milton Caniff ocupa los tres primeros volúmenes realizados en 1995.

EL DIBUJO DE CANIFF. PAUL ARTHUR

El personal y referencial estilo gráfico y narrativo de Milton Caniff es casi una consecuencia directa de la amistad que ha unido al autor con Noel Sickles. Los tintes -según varios divulgadores- impresionistas, el dominio del claroscuro y la descomposición de la escena en planos están íntimamente relacionados con la técnica del mencionado Sickles, hasta el punto, que se podría hablar de una escuela Caniff/Sickles, referencia estilística para multitud de futuros autores.

Esa amistad se inicia en Ohio y se ratifica cuando ambos autores son contratados por la agencia neoyorquina Associated Press Service compartiendo estudio en la ciudad de los rascacielos en las Tudor Tower de Manhattan, con el fin de disminuir gastos. En 1934, Caniff realizaba Dickie Dare y Sickles ponía su saber en la serie Scorchy Smith (El temerario Smith en España).

Scorchy Smith, serie distribuida por Associated Press Feature Service, es un título de aventuras del subgénero aeronáutico vagamente inspirado en el aviador Charles Lindbergh (primer piloto que cruza el Atlántico sin escalas, hazaña realizada el 20 de mayo de 1927) e iniciada en formato de tira diaria el 17 de marzo de 1930 a cargo del artesanal y delicado de salud John Terry. La creciente tuberculosis de su autor obliga a la agencia a optar por un dibujante no acreditado, que remedase el poco afortunado estilo de Terry. La elección recae en Noel Sickles que realiza un trabajo libre de presiones y con comodidad. Paulatinamente va introduciendo mejoras que se hacen palpables tras la última firma de Terry el 31 de marzo de 1934 y la primera de Sickles el 2 de abril siguiente. Es a partir de esta fecha y hasta su abandono en octubre de 1936, cuando la serie se convierte en un crisol de vanguardias que hacen de esta obra uno de los grandes referentes del arte del cómic. Se beneficia de la narrativa de Milton Caniff convirtiéndose en un título de apasionantes aventuras con desarrollo de personajes merced a agudos diálogos de inspiración cinematográfica. Sickles mejora la puesta en viñeta, la iluminación a base de contrastes y la variedad de encuadres que dotan a la serie de un ritmo similar al utilizado por el celuloide. Las tramas, en un principio manuales ceden ante las mecánicas [fig. 40] realizadas por los grabadores de la agencia. Las tramas mecánicas permiten la sustitución de la plumilla de Terry por el pincel con lo que la puesta en escena pierde contorno y gana en sugerencia y contraluces, avanzando hacia la abstracción. Las manchas de tinta negra sobre el fondo blanco del papel evocan un aire de alto contraste que favorece la sugerencia mermando la minuciosidad. Una especie de impresionismo en blanco y negro que influye en el estilo de muchos de los grandes autores posteriores, desde Frank Robbins a Joe Kubert, pasando por maestros como Alex Toth, Bernard Krigsten [fig. 41], Frank Thorne e incluso Will Eisner [fig. 42] o la estrella de Marvel John Romita padre. Una concepción narrativa tan internacional, y universal que atraviesa el atlántico y se asienta en grandes autores latinos como Hugo Pratt [fig. 43] o Jordi Bernet. Ese influjo cala de manera escasa en la industria franco belga, de rígidas pautas artísticas que siguen los patrones establecidos por sus fundadores Jijé, Hergé o Franquin. Pese a todo, las series de tema aeronáutico como Buck Danny (de Victor Hubinon), cobra un ligero regusto del arte de Caniff.

 Figura 40. Tira de Scorchy Smith
Figura 41. Tira diaria fechada el 16 de julio de 1940 de gran ritmo narrativo con una notable composición del último panel que se ve favorecida por los contrastes que se dan en la salida de un ascensor luminoso hacia un exterior en sombras. Una composición parecida es frecuentemente utilizada por Bernard Krigsten, uno de los máximos integrantes la escuela Sickles-Caniff.

Figura 42. Página realizada para Camp Newspaper Service en 1943 en la que se aprecia la influencia de Caniff en el estilo del maestro Will Eisner, de manera especial en la época en que este, cansado de la realización de The Spirit, presta sus saberes a la publicación castrense The Preventive Maintenance Monthly en la que se mantuvo durante 229 números entre 1951 y 1972 realizando portadas o una historia corta protagonizada por el soldado Joe Dope sobre la capital importancia del mantenimiento del material que tiene el ejército como dotación.
 
Figura 43. El señor de la guerra Klang es uno de los grandes aciertos de Caniff en el retrato de un personaje para las historias de aventuras. Seductor, tiránico, cruel y sobre todo representante del caciquismo feudal. Es dueño y señor de la vida de sus siervos, y como tal, en la página del 15 de octubre de 1939, se dispone a realizar un fusilamiento múltiple en honor a un general japonés (llamado por Caniff con el eufemismo “invasor” hasta la declaración de hostilidades entre EE UU y Japón en diciembre de 1941, momento en que los nombra por su patronímico). La figura del atamán Semenov, uno de los protagonistas del cómic de Pratt Corte sconta detta arcana (Corto Matés en Siberia, 1974-76) está basada en el señor de la guerra Klang, y como su inspiración está dotado de un poderoso magnetismo personal que compagina con su dedicación al asesinato en masa de disidentes.
   

La concordancia artística, y la cercanía física entre Caniff y Sickles a mediados de los años treinta provocan este incremento de calidad en las series en las que ambos autores muestran su saber. La mejora literaria aportada por Caniff se instala en Scorchy Smith, mientras que la narración en viñetas expresada en el variado encuadre y el efecto luminoso, recae en Terry and the Pirates a partir de 1936 que se libra así de los resabios del arte caricaturesco que ha venido exhibiendo en los dos primeros años de su trayectoria. Una funcional simbiosis entre un disciplinado Caniff, que aporta su talento infinito en la elaboración de argumentos y diálogos con esa impronta entre lo poético y lo humorístico, y un vividor Sickles, dotado de una plástica con alma que la transfiere a las páginas de Terry and the Pirates.

Caniff el cerebral, siempre disciplinado, aprende sobradamente el arte, la técnica de Sickles el visceral, manteniéndose como uno de los autores más duraderos, venerados y premiados que el arte del cómic ha generado en toda su existencia. Es un consumado dialoguista, maestro del pincel y la plumilla, de no muy buena técnica con el lápiz, y según su propio criterio un desastre como rotulista, probablemente por ser zurdo. Caniff entiende a sus personajes perfilando su mímica y fisonomía, desvelando en ellos reflejos psicológicos y dramáticos de gran intensidad, sobre todo en la segunda parte de la obra a partir de 1941. El uso de modelos reales asegura una continuidad en los rostros por lo que los personajes resultan siempre reconocibles por los lectores. Son muchos los que posaron en el abarrotado estudio del maestro, destacando la enfermera Bernice Taylor como Taffy Tucker, el soldado Bill Agnew como Terry adulto, Nedra Harrison como Dragon Lady [fig. 44], Alice Quigley o Helen Bennet como Burma [fig. 45] y Bud Davis como el mismo Pat Ryan [figs. 4 y 44].

 

fig. 44 fig. 45

 

La sinergia entre Caniff y Sickles se refleja en la figura de Paul Arthur, nombre con el que firman cuando son contratados conjuntamente por la agencia de publicidad Johnston and Cushing, y seudónimo empleado en sus compromisos como ilustradores en la realización de cómics publicitarios para empresas como Fels Naphta Soap o General Foods [figs. 46 y 47] entre 1935 y 1936. El enorme volumen de trabajo que esta oficina de Manhattan mueve les había obligado a contratar asistentes, destacando el rotulista Frank Engli que ya había colaborado con Caniff, cuando este era “negro” de Bill Dwyer en la serie Dumb Dora para Premier Syndicate, además de las aportaciones del dibujante Alfred Andriola. La interrelación entre Caniff y Sickles provoca, según declaración del propio Andriola, que las series Terry and the Pirates y Scorchy Smith sean como hermanas de sangre… concretamente hermanas de tinta. El mismo Caniff llegó a reconocer, sin ambages, que era deudor de las extraordinarias texturas de Sickles.



figs. 46 y 47. Trabajos publicitarios de Paul Arthur (que eran Milton Caniff y Noel Sickles)
   
Sickles abandona Scorchy Smith por fuertes desencuentros con el “staff” de Associated Press en otoño de 1936 ofreciendo su arte como ilustrador en revistas de gran tirada como Reader’s Digest o Life. La serie queda como una de tantas hasta la llegada de un joven Frank Robbins (el más caniffiano de todos los autores) titular de la misma desde el 22 de mayo de 1939 hasta mediados de 1944. Aporta cierto “reverdecimiento” de argumentos y dibujos, haciendo que el protagonista sirva en la II Guerra Mundial, dejando de ser mercenario o aventurero. Los intereses de Robbins se centran en una nueva serie, Johnny Hazard, obra más personal y sin los lastres que han depositado autores pasados. Scorchy Smith se mantendría hasta 1961 con demasiados cambios de autores y argumentos. Johnny Hazard, distribuida por King Features Syndicate se inicia en la prensa el 5 de junio de 1944 y es una de las obras maestras del género de aventuras aeronáuticas. Planificación cinematográfica gracias al uso del pincel muy influida por el realismo de Caniff, agudos y refrescantes diálogos y aparición de un nutrido elenco de secundarios, muchos de ellos exuberantes damas, dan un aire a la serie entre desenfadado y trepidante a la vez que sienta las bases genéricas de un héroe vividor y pleno de recursos tipo James Bond o incluso Indiana Jones.

Noel Sickles es por tanto un punto de inflexión en la dilatada carrera de Caniff. Además de su amistad vivieron una relación similar a la establecida entre el maestro y el aprendiz, relación de la que Caniff cosecha lo mejor de su pericia, haciéndose más grande que su maestro, y sobre todo más duradero. La amistad entre los dos autores se mantiene siempre y en algunos momentos se traduce en colaboraciones puntuales, como el diseño del logotipo de la serie Steve Canyon a semejanza del ya realizado en Terry and the Pirates. En los años setenta el tándem intenta “reanimar” la capacidad técnica de Paul Arthur creando una serie que se llamaría Bruce Lee pero que jamás vio la luz. Una luz que se apagó para Sickles en octubre de 1982 a los 72 años cuando tomó la última curva de su camino, iniciado en Chilicothe, Ohio, en 1910.

 

 
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Creación de la ficha (2009): Eduardo Martínez-Pinna. Con edición de Juan Manuel Bosque Sendra, Rafael Ruiz y Manuel Barrero
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
EDUARDO MARTÍNEZ-PINNA (2009): "Milton Caniff y Terry and the Pirates. La maduración del medio. El cómic para adultos 2", en Tebeosfera, segunda época , 4 (22-X-2009). Asociación Cultural Tebeosfera, Sevilla. Disponible en línea el 28/IV/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/milton_caniff_y_terry_and_the_pirates._la_maduracion_del_medio._el_comic_para_adultos_2.html