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Xenozoic Tales y Mark Schultz. Rastreando a los clásicos.

 

Ilustración para la cubierta de "Time in Overdrive", 1999. Clic para ampliar.

[ Ilustración para la cubierta de Time in Overdrive, 1999. Clic para ampliar. © 1999 Mark Schultz ]


Artículo por Eduardo Martínez-Pinna


Introducción.

La primera impresión que recibe un lector neófito al sumergirse en una obra tan absorbente como Xenozoic Tales es la del impacto de sus poderosos dibujos, aun siendo en blanco y negro. Tras la lectura del primer episodio se añade una sensación de deja vû eminentemente grata. Procediendo a unir ambas impresiones, tanto la visual, como la familiar, podríamos avanzar el primer aspecto gráfico y temático del cómic: Las aventuras tienen lugar en una sociedad post apocalíptica, con una población humana disminuida, que vive en clanes o tribus, que utiliza tecnologías y viste ropas de la primera mitad del siglo XX, convive con dinosaurios de la Era Secundaria (y algunos de la Primaria) además de otros animales extintos y quimeras. Entre las actitudes sociológicas que resultan familiares, aparecen la recolección de recursos naturales (caza y pesca), las relaciones de cortesía política que se establecen entre la casta dominante de una tribu cuando recibe una representación diplomática de otra, además de un brevísimo apunte sobre el sistema político de una sociedad diezmada. Por si fuera poco, el autor se concede un pequeño espacio para presentarnos a uno de sus protagonistas y la situación profesional que ocupa en su comunidad. Todo esto en tan sólo doce páginas, y por medio de unos dibujos que resultan espléndidos. Estamos pues, ante un gran fabulador.

Probablemente buena parte de la bondad del trabajo resulta de la fusión de un afortunado grupo de influencias que su autor, Mark Schultz, mezcla con sabiduría. Un gusto por los pulps y las novelas de aventuras, por el cine de ambiente futurista con toques de ópera espacial, sin olvidar el de aventuras y safaris, ni por supuesto el romántico. Una concepción del cómic propia de estilos que aparentemente han quedado anticuados, pero que Schultz demuestra su vigencia. Impactantes guiones de la editorial EC, de William M. Gaines, y de la de James Warren con dibujos que recuerdan los estilos de algunos de sus mejores dibujantes como, Wallace Wood, Al Williamson y Frank Frazetta, con homenajes evidentes a maestros anteriores, aquellos cuyo trabajo era distribuido por syndicates. Y por supuesto, por los dinosaurios, tanto en sus visualizaciones fílmicas, como en sus aspectos paleontológicos. Esta mezcla, y posterior hilvanado de retales, se entretejen para formar una trama que pese a estar incompleta resulta entretenidísima, dando esa mezcla de familiaridad e impacto antes mencionada. De una manera estrictamente coyuntural, la actualidad de una obra como Xenozoic Tales reviste gran interés, pues para mayo de 2003 se prevé la reedición de la totalidad de la obra “xenozoica” en dos volúmenes recopilatorios, que incluyen nuevas cubiertas, así como material inédito.

El autor. Mark Schultz.

Foto de Mark Schultz, de 1997William Stout y Al Williamson califican a Schultz (1955, Pittsburg, Pensylvania) como una gran persona, un gran profesional, y un dibujante poseedor de hálito. Entiéndase por hálito la capacidad indefinible, pero al mismo tiempo comprensible, por la cual determinados ilustradores son capaces de convertir sus dibujos en relato (cualidad que también interesaba al maestro Hal Foster). La capacitación para el cómic de Schultz es manifiesta, pues además de ser autor completo es capaz de escribir competentes guiones para otros dibujantes y realizar magníficas ilustraciones que sirvan de portada, y reclamo, a otras publicaciones. Es pues un superdotado de la historieta.

Sus orígenes en el dibujo se encuadran en la ilustración publicitaria (otro paralelismo con Foster) oficio en el que desarrolló una envidiable técnica. El primer cómic que realiza es una historia, que posteriormente se integrará en el ciclo Xenozoic Tales, para el fanzine underground titulado Death Rattle, publicado por la independiente Kitchen Sink Press en 1986. La práctica totalidad de su actividad en cómics hasta bien avanzado 1996 es en este título, del que se hablará detenidamente en su aspecto editorial en un siguiente apartado. A partir de octubre de 1996 (fecha de publicación del último número de Xenozoic Tales) la estela y el prestigio de Schultz se sitúa en los máximos de hasta ahora su breve carrera, diversificando su actividad en cómics con trabajos menos laboriosos pero muy bien gratificados, consistentes en la realización de guiones y de ilustraciones de cubierta para otras publicaciones. Con esta actividad no se encuentra en la necesidad de hipotecar gran parte de su tiempo en la realización de episodios de Xenozoic Tales, por lo que el equilibrio trabajo / rendimiento económico se desplaza claramente hacia los ingresos de dividendos, que a su vez le permiten ganar más prestigio, y a la larga más dinero. Si además es el propietario y gestor de gran parte de su trabajo, continuamente reeditado, Schultz tiene la propiedad de una gallina que pone huevos de oro (¿o es un dinosaurio?).

Pero quizás, este cambio de actividad, pueda ser consecuencia de otro factor, que merece la pena explorar, referido a la proverbial y exasperante lentitud para dibujar. Lentitud, que aun en contra de su voluntad (presuntamente), le puede vetar para la realización completa de historietas, sometidas a implacables criterios comerciales y plazos de entrega. Pocas editoras aparte de la de Dennis Kitchen pueden resistir el retraso de historietistas como éste, que invierte cinco años en la realización de sus doce primeros episodios, y cuatro más en los dos últimos. Por tolerante que sea Kitchen Sink Press, la realización de catorce comic books (poco más de 300 páginas) en nueve años, puede vencer el criterio comercial de cualquier editorial, por muchas reediciones y trade paperbacks que fragüe para aliviar la ansiedad de una masa lectora, que exige, y con razón, nuevas entregas de la obra. Una probable consecuencia que ha podido derivar este hecho parece haber sido la cancelación de la saga, justo en el momento en que la técnica de Schultz se encontraba en su algidez estética, tanto por su bien engranada trama como por la asombrosa calidad de sus dibujos. Moralmente debe a sus muchos admiradores un final de la narración sin pérdidas de aptitud.

La prueba más convincente de todo lo expuesto es el repaso detallado de sus trabajos ajenos a Xenozoic Tales, que se relacionan divididos en dos bloques: Aquellos que se alternan con la realización de su obra principal, y un segundo bloque, realizado tras su finalización, a partir de octubre de 1996. Los trabajos anteriores a octubre de 1996, y que por lo tanto se alternan con la producción de Xenozoic Tales, son los siguientes (se cita textualmente desde Barrero: 1999-2003):

1989. Amazing Heroes, 169. Fantagraphics Books. Cubierta; dentro hay textos sobre su obra.

1990. The A1 True Life Bikini Confidential, s/n. Atomeka Press. Schultz hace un pin-up de la modelo y musa Betty Page para esta antología.

1991. King Kong, 2. Monster Comics. Schultz realiza la cubierta.

1991. Betty Page: Queen of Hearts. Bud Plant/Dark Horse. Libro de Jim Silke repleto de fotografías de la modelo que también contiene ilustraciones obra de Al Williamson, Dave Stevens y Schultz.

V-1992. The Comics Journal, 150. Phantagraphics Books. Cubierta y, dentro, entrevista aderezada con imágenes de su producción.

1992. Glamour International, Vol. 19. Un pin-up de una “good girl” para este ejemplar de la famosa publicación erótica, el cual viene a ser la segunda parte del monográfico en dos volúmenes Good Girl Art: 1950s-1990s.

1993. Batman: Legends of Dark Knight, 50. DC. Schultz dona para este comic book un pin-up del señor de la noche (entintado por Al Williamson).

II-1994. Classic Star Wars, 17.Star Wars Dark Horse. Schultz hace la Cubierta de esta recuperación, que él ama por estar dibujada por Williamson, su mentor.

1994. Songs from the Xenozoic Age. Disco compacto musical editado por la compañía canadiense Graphitti Designs, con 60 minutos de música compuesta por Chris Christensen, inspirado por las historietas de Xenozoic Tales. Schultz adorna la carátula del disco (en el que viene acreditado también como músico) y las letras de los temas en un tríptico.

1994. Jack Kirby’s Heroes and Villains Black Magic Edition. Libro de ilustración publicado por Pure Imagination, con lápices de Jack Kirby entintados por multitud de autores americanos. Uno de ellos es Schultz.

1994. Kitchen Sink Press: The First 25 Years. Kitchen Sink Press. Libro de Dave Schreiner sobre la trayectoria de la editorial, para lo cual Schultz presta un comentario escrito.

1994. Kitchen Sink Classics, 3. Kitchen Sink Press. Mark hace guión y lápiz de una historieta.

VI-95. Flash Gordon, 1. Marvel Comics. Serie de dos números en la cual Schultz oficia como guionista (de Al Williamson) y dibuja también las cubiertas.

1995. Penthouse Men’s Adventure Comics, 2. Penthouse. Mark inserta aquí un pin-up y también hace la cubierta de este número picantón.

1996. Phil’s Fossil Fuel. Etiqueta creada por Schultz para el paleontólogo experto en dinosaurios terópodos Philip Currie.

1996-97. The Art of Comic book Inking. Dark Horse. Mark cede algunos bocetos y tintas para este libro teórico de 112 páginas, obra de Gary Martin, que cuenta con la asesoría de Steve Rude.

Como se puede apreciar, tras la lectura de la detallada nómina, su trabajo consiste en unas cuantas ilustraciones y un guión para una serie limitada de sesenta páginas, eso sí, espléndida. Las motivaciones sentimentales de Schultz para “guionizar” una revisitación del apolíneo Flash Gordon (creado por Alex Raymond en 1934) son muy patentes: Aparte de los ingresos, el regreso al dibujo de su amigo y maestro Al Williamson le animan a dar el paso.

Los hechos que condicionan y determinan el regreso de Williamson al dibujo de cómics son variados. En la década de los noventa, es el único de los grandes discípulos vivos de los maestros clásicos, en especial de Raymond, cuyos acercamientos (parciales) a Flash Gordon se remontan a un pasado lejano: Los comic books realizados entre 1966 y 1968 para King Features Syndicate, con guión propio, y la fallida adaptación Marvel del film de Mike Hodges, y producido por De Laurentiis, Flash Gordon (1980). Desde 30-I-1967 hasta 2-II-1980, Williamson revitaliza el espíritu de la obra Secret Agent X-9, perdido desde el episodio titulado “El Dominador” de 22-I-1934 a 11-IX-1934, una de las cimas estéticas del cómic de todos los tiempos, escrita por el talento ilimitado del novelista Dashiell Hammett, e ilustrado por un primigenio Raymond, poseedor ya de todas las claves de su estilo magistral. Entre las últimas consolidaciones estéticas de Williamson figuran las adaptaciones al cómic de la cosmología de Star Wars, también tributaria de Flash Gordon y realizada en dos soportes editoriales diferentes: los formatos de prensa dailies y sunday pages, comenzadas un 9-II-1981, y la traslación de los filmes El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi al formato comic book para Marvel (recuperadas en 1994 por Dark Horse, con cubiertas nuevas de Schultz). Williamson vuelve a ponerse tras el tablero para ilustrar Star Wars. el prometedor guión de su amigo y se acerca por tercera vez a los paisajes de Mongo. El concepto ilustrador y panorámico de Schultz cala en su maestro, por lo que la miniserie aproxima hasta el máximo los estilos de ambos, desdibujándose la evidencia de quién influye en quién.

El guión luce como tributos estéticos los homenajes a los mejores momentos de Flash Gordon, que coinciden con la llegada de Don Moore a los textos. El sangriento torneo de Mongo (2-XII-1934 a 24-II-1935) y la aventura con la reina Azura (21-IV-1935 a 13-X-1935) el mejor personaje femenino salido de los pinceles de Raymond, femme fatale que combina a partes iguales su fría y manipuladora inteligencia con la pasión erótica que siente hacia Flash. Ese ardor, decorado con la magnífica desnudez parcial de Azura, rubrica la culminación de una obra cargada de grandes momentos estéticos. Schultz es capaz de dar otra vuelta a la tuerca argumental al proponer que Azura conoció en La Tierra a un adolescente Flash, quien sembró en ella los tórridos calores que le dispensó tras su reencuentro en Mongo. Una auténtica delicia.

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 [ leer parte tercera del ensayo ]

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[ © 2003 Eduardo Martínez-Pinna, para Tebeosfera 030430 ]