TEBEOSFERA \ LIBRIS  \  REH   \  COMICS  \  KULL EN CÓMICS


UNA CABALGATA ACCIDENTADA Y FURIOSA.


LA HISTORIA DE LOS CÓMICS DE KULL

 

 

 A la derecha y debajo de estas líneas, portadilla y dos de las tres páginas de la prueba de Kull elaborada en 1969 en Londres por Barry Smith, hasta hoy inéditas © 2004 Barry Windsor-Smith. Haga clic para ampliar, como sobre el resto de imágenes de esta página


Las aventuras de Kull no fueron ofreciéndose en entregas mensuales de una única cabecera. Kull fue el bárbaro “rebelde” de la casa Marvel: nació en un título ignoto, saltó luego de colección en colección, del color al blanco y negro, de volumen en volumen, de manos en manos (tanto escritoras como dibujantes), para que luego los estudiosos del medio la analizasen como obra conjunta desde la perspectiva que confiere el paso del tiempo. La ocasión en que se reunió mayor cantidad de historietas, y en color, en una única colección fue el caso español de Kull el Conquistador.


 

Con fecha de cubierta de junio de 1971 salió al mercado la colección Kull the Conqueror, un personaje que una porción del público estadounidense había solicitado insistentemente desde que apareciera Conan al mercado, y más por cuanto ya se había ofrecido una historieta protagonizada por tal personaje previamente: el comic book Creatures on the Loose fechado tres meses antes. Roy Thomas, el guionista, eligió para darle forma gráfica al dibujante Wallace Wood, que sería inmediatamente sustituido por los hermanos Marie y John Severin a partir del número siguiente.

Kull llevaba un tiempo en la mente de los demiurgos de esa dimensión del Universo Marvel que se dedicó a los héroes bárbaros. A finales de los años sesenta, el dibujante Barry Smith había regresado a su Londres natal con algunos libros de R.E. Howard y Lin Carter cuando aún estaba por decidir si se llevaría Conan a los cómics o no. De entre los materiales que leyó le atrajo también Kull y decidió hacer bocetos, esbozar algunas viñetas y remitir una muestras a Marvel. Elaboró varias aproximaciones, siendo una de ellas atractiva a los ojos de Roy Thomas, entonces editor de la línea que se iba abrir, pero no de la suficiente calidad como para usarla en un comic book: una adaptación del pasaje en el que Kull salva a una muchacha del tormento de la hoguera antes de escapar hacia el mar y Valusia. Esta historieta sería publicada media docena de años después en The Savage Sword of Conan, 3. Aquella "primera adaptación de Kull a los cómics" fue antecedida por otras páginas que quedaron inéditas pero que luego alguien desempolvó y sacó a subasta a finales de los noventa. Al menos conocemos tres imágenes de esa primera prueba [las que se muestran en la galería que encabeza la presente página]

El proyecto de llevar Kull a los cómics de desestimó en favor de Conan, naturalmente, y Barry Smith dibujó al cimmerio para su alumbramiento en viñetas en 1970. Pero Thomas no se olvidó del atlánteo y siguió con el deseo de lanzar una serie de cómics protagonizada por él. Después el aperitivo que supuso la aventura de Kull en Creatures on the Loose y justo al año de debutar Conan, en octubre de 1971, Conan the Barbarian admitió en su décimo ejemplar una corta historieta del rey Kull para con ello promocionar su propia colección de cómics. También otra cabecera lo incluyó entre sus páginas: Monsters on the Prowl, que reprodujo una historieta que podía encajarse cronológicamente entre los números segundo y tercero de la serie. A finales de 1972, por lo tanto, ya se habían publicado cinco números de Kull the Conqueror, ahora con excelentes guiones de Gerry Conway (que seguiría hasta el número 10), responsable de que el comic book fuese candidato al premio a la Mejor Publicación de las escogidas aquel año por la ACBA. La "garra" del personaje y de esa historia fundadora (en esencia, la que había dado nacimiento al género de fantasía heroica) había conquistado a público y crítica.

Con el número 11 se iniciaba una nueva etapa en la serie Kull the Conqueror, a finales de 1973, a partir de la adaptación de un relato original de Robert E. Howard que escribió Roy Thomas y dibujó el excelente Mike G. Ploog. Los siguientes números los escribiría Steve Englehart, al menos hasta el número 15, momento en que su periodicidad se tomó unas largas vacaciones debido al rechazo del público ahora, presumiblemente mucho más seducido por la fortaleza del héroe Conan.

A mediados de la década, concretamente en 1975 y haber visto la adaptación de “Exile of Atlantis” por parte de Barry Smith en el número 3 de The Savage Sword of Conan, Kull volvió al plano de la actualidad. Lo hizo en blanco y negro, en las páginas del magazín Kull and the Barbarians. Esta nueva revista que debía su presencia al éxito del magacín The Savage Sword of Conan pretendía reunir a los héroes de Robert E. Howard Kull, Solomon Kane y Red Sonja bajo un mismo logo, mas no gozó de mucha suerte su distribución y tras ofrecernos dos historietas largas del rey de Valusia fue cancelada en su número tres.

No se permitió a los lectores, sin embargo, que olvidasen al rey de la cara marcada: en el número 52 de Conan the Barbarian volvían a aparecer ideas entresacadas de relatos originales de Kull, y poco más tarde, en el número 9 de Savage Sword, se continuaron los argumentos de su girovaguear como hombre destronado ya anticipados en Kull and the Barbarians, ahora con Doug Moench y Sonny Trinidad como artífices de aquellas viñetas.

En el año 1976 se incluyó la historieta de Kull que adaptaba el relato original de Howard, pero terminado por Lin Carter, “The Black Abyss”, en el número dos de la serie Conan The Barbarian Annual. Supuso una coartada de Marvel para avanzar a los lectores la vuelta con honores del Tigre de Atlantis, lo cual tuvo lugar en agosto de ese año en el título Kull the Destroyer, continuador de la numeración de la serie original aparcada durante dos años. Aquel número 16 retomó los argumentos previstos para dibujarlos en las revistas a blanco y negro y llevaba de nuevo guiones de Thomas y dibujos de Ed Hannigan y Steve Gan. Al tiempo, con fecha de septiembre de 1976, el número 66 de Conan the Barbarian incluía también a Kull en sus páginas, compartiendo aventuras con Conan, Bêlit y Red Sonja en la improvisada reunión de los cuatro héroes más fascinantes de Robert E. Howard. La coincidencia no fue gratuita, se procedió así para llamar la atención de los aficionados a Conan sobre la renovada serie Kull the Destroyer.

Este nuevo título a color fue ofreciéndose mensualmente sin pausas, con Doug Moench al guión y Alfredo Alcalá aportando su estupendo arte a las viñetas. Durante una temporada, además, con el aliciente de unas cubiertas de impacto elaboradas por el genio de los cómics Gil Kane. En junio de 1977, a la altura del número 21 de esta serie, fue Don Glut, procedente de la Gold Key, quien se hizo cargo de los guiones. Los dibujantes que le acompañaron fueron el archiconocido Ernie Chan y el nunca bien ponderado Rick Hoberg. Éste autor, al poco, adaptó al cómic uno de los más metafísicos relatos originales de Robert E. Howard, “El Sonido del Gong”, en las páginas del número 23 de  Savage Sword.

Por un tiempo, el guionista y el dibujante de base se mantuvieron fijos, pero la cantera de entintadores fue relevándose de número en número, conformando un particular rosario de nombres filipinos: Young Montano, Dan Castrillo, Rudy Nebres, Ricardo Villamonte... Esto preludiaba la mala marcha de la publicación, que desde mediados de 1978 veía bajar sus ventas paulatinamente. La cadencia bimestral tampoco evitó el batacazo y el número 29 de Kull the Destroyer, fechado en octubre de aquel año, fue el canto de cisne del personaje. Pero al mes siguiente, y con fecha de noviembre de 1978, vio la luz el número 34 de la publicación hermana The Savage Sword of Conan, y en ella hallamos una de las grandes obras maestras de la historieta de todos los tiempos: “Los espejos de Tuzun Thune”, con impresionantes imágenes de Mike Ploog.

Mas el personaje no dejó de visitar las páginas de los tebeos de Marvel. Al año siguiente apareció  la historieta del picto Bran Mak Morn que invitaba a su lucha contra Roma al mítico rey Kull, “Reyes de la Noche”, en los números de julio y agosto de 1979 de la revista Savage Sword. También a blanco y negro, pero en otro magazín, Marvel Preview, se dió salida en 1979 a otra adaptación de un relato original de Howard, “Jinetes más allá del sol naciente”, con lápices de Tony de Zuñiga para la ocasión.

Otro año pasa, otra historieta se publica, ahora la última narración que quedaba por adaptar al cómic: “Brujo y Guerrero”, en el número 55 de Savage Sword. A partir de entonces, no quedaban relatos originales que adaptar, pero eso no contuvo el interés por rescatar el espíritu general de la saga del rey de origen bárbaro. Empresa que tuvo lugar en 1981, año en que apareció uno de los más hermosos tebeos de Kull jamás dibujados, se trataba del ofrecido en la publicación Bizarre Adventures, en su número 26, que contenía la larga aventura “El Diablo en el Espejo”, escrita con gran tino por Doug Moench y dibujada con mayúscula soltura y poético trazo por un John Bolton inspirado. El dibujante retornaba aquí por los fueros del Kull primigenio, rescatando de algún modo al bárbaro dibujado por los hermanos Severin, dado su acercamiento realista a la estética fosteriana, bien que sumergida en angustiosos claroscuros.

Pasaron otras cuatro estaciones sin Kull. Hasta diciembre de 1982, fecha en que, para aprovechar el tirón del éxito del primer filme de Conan y la revitalización de las colecciones de bárbaros, nació el llamado Volumen 2 de Kull the Conqueror, que constó de dos números especiales de mayor grosor y calidad de papel mejorada. El experimento era interesante, con guiones de Alan Zelenetz y dibujos del maestro de maestros John Buscema. El segundo, publicado con fecha de febrero de 1983, volvía a traernos al dúo Moench / Bolton, emulando el dibujante otra vez las excelentes labores ya puestas en práctica en la obra Marada the She-Wolf y en el mentado Bizarre Adventures.

Estos dos ejemplares especiales tuvieron éxito suficiente como para que se decidiera, a partir de mayo de 1983, lanzar el volumen tercero de la serie a color, con nuevas líneas argumentales a cargo de Bruce Jones y Alan Zelenetz. Esta última serie continuada de Kull constó de diez números, de enorme interés por cuanto participaron en ella un buen número de firmas en candelero por entonces: Bill Sienkiewicz ilustró la cubierta del número 2, Michael Golden la del tercer ejemplar, John Bolton realizó la cuarta portada... Y dentro desfilaron también las conocidas rúbricas de Klaus Janson, Charles Vess, Bolton, Butch Guice, Sienkiewicz...

A partir del número cinco, de agosto de 1984, la serie redujo su número de páginas y se ofreció bimestralmente hasta su décimo y postrer ejemplar, de junio de 1985. Dos exquisitas cubiertas de Barry Windsor-Smith adornaron a modo de díptico los dos últimos ejemplares de la serie. Esta fue sin duda la mejor manera de dar el último adiós a los tebeos a color de Kull. Pero el personaje no quedó en el olvido durante los años ochenta. Primero, porque fue invitado a la serie dedicada a Spiderman Marvel Team-Up, en su número 112. Segundo, porque formó parte integrante de los fundamentos del cross over “Atlantis Ataca”, que interconectó a la gran mayoría de las colecciones de la Marvel. Tercero, porque en las páginas finales de Savage Sword seguirían publicándose aventuras de Kull, habitualmente con guiones de Charles Dixon, y con vigorosos dibujos de Dale Eaglesham (un autor interesantísimo al que se ha prestado poca o ninguna atención) o Dave Simmons. Aparte, finalizó la década con el lanzamiento en 1989 de la primera y única, hasta la fecha, novela gráfica del personaje, titulada The Vale of Shadows, que fue escrita por Zelenetz y dibujada por De Zuñiga.

Con el advenimiento de los años noventa, Thomas decidió volver sobre sus pasos, es decir sobre las colecciones bárbaras. Pero no sería su primer intento en Marvel. En 1990, él y su mujer, Dann Thomas, adaptaron de nuevo a la historieta el relato “Reyes de la Noche”, en la miniserie homónima lanzada por la casa Dark Horse. En esta ocasión, llevó dibujos de Gary Baker y John Nyberg, quizá menos acertados que los de la Marvel pero que propusieron un Kull lleno de vigor y ansioso por volver a cosechar éxito.

En Marvel también aterrizó Thomas durante estos años noventa, y quiso ocuparse de nuevo de la saga de Kull. De tal guisa, en las páginas finales de The Savage Sword of Conan comenzaría un serial de larga extensión que relataba los episodios de la juventud del hombre procedente de Atlantis, con hermosos dibujos del filipino Eufronio R. Cruz.

Kull siempre ha pugnado por no desaparecer de los cómics, aunque su última aparición ha sido menos meritoria de lo que desearíamos. El sello californiano Blackthorne Publishing acostumbrado a los refritos con un sentido editorial singular, también se decidió por publicar cómics de Robert E. Howard. Blackthorne tenía una alineación de cómic variopinta, que incluía comic books de piratas y de acción, como Waxword, comic books cómics sobre surfistas, como The California Raisins, adaptación de algunas licencias, como Moonwalker, y una desopilante serie dedicada a publicar historietas en tres dimensiones (con gafas rojiverdes incluidas). En esa serie, Blackthorne 3-D Series aparecieron tebeos en tres dimensiones, a cada cual peor, de Star Ward, Betty Boop, el payaso Bozo, Bullwinkle and Rocky, G.I. Joe, Little Nemo in Slumberland, Salimba... y los personajes de R.E. Howard: Red Sonja, Solomon Kane y Kull. Del rey de Valusia aparecieron dos entre el otoño de 1988 y la primavera de 1989, en los número 51 y 67 de la serie, de tristes guiones y peores dibujos.

La fortuna parecía sonreírnos cuando se anunció que la editorial Cross Plains Comics también deseaba recuperar historietas de Kull, al menos las más importantes, recoloreadas para la ocasión, como “By this Axe I Rule!”, de la que se ofreció como aperitivo un excelente recoloreado de una página dibujada por Mike Ploog. Anunciaron que para el verano de 1999 saldría a la luz un libro de cómics con dos obras en las que había participado Barry Windsor-Smith: Robert E. Howard’s Worms of the Earth, álbum que contendría la historieta de Bran Mak Morn “Worms of the Earth” y la protagonizada por Kull “The Exile of Atlantis”, ambas recoloreadas para esta ocasión. Apareció, pero finalmente sin Kull. En Cross Plains Comics estaban implicados: Richard Ashford (Director editorial), Roy Thomas (guionista y editor) y Rafael Kayanan (Director artístico), y eso hacía preludiar óptimos resultados, pero finalmente esta intentona de los años noventa no llegó a buen puerto por la desintegración de la empresa.

De Kull nos queda el recuerdo...

 
   

  VÍNCULOS

      Galería con los libros de Kull  >

      Biografía de Kull en cómics >

      Historia de los cómics de Kull >

      Galería de todos los cómics de Kull  >    


  VÍNCULOS

      Tablas tebeográficas de Kull >

      Tablas cronológicas de Kull >

      Tablas onomásticas de Kull >

      Tablas onomásticas de Kull en blanco y negro >

      Kull el Conquistador en España >


 

SUMARIO

R. E. HOWARD

CÓMICS

CONAN

KULL

S. KANE

BÁRBAROS REH

OTROS HÉROES

FANDOM

AUTORES

© 2004 Manuel Barrero, por el texto y el montaje, y Carlos Yáñez, por la selección de imágenes, para Tebeosfera, 040524    © 2004  Conan Properties International, LLC / Robert E. Howard Properties, LLC. El resto de los copyrights corresponden a los editores y autores de estos productos aquí mostrados, lo cual se hace con carácter exclusivamente informativo y / o promocional